No es casual que Willy De la Hoz haya encarnado dos mascotas con su propio nombre. Primero, al caimán del equipo barranquilero del béisbol profesional colombiano, y actualmente, al divertido tiburón con cara de travieso y cuerpo de niño, que se encarga de mantener viva la alegría de la afición Juniorista y fidelizar desde temprana edad a los más pequeños.
De la Hoz, se fusiona en sus personajes. El tiburón y él, se vuelven uno solo. Cuando se conoce a quien lo encarna, se entiende por qué es tan divertida la mascota del Junior. Y no es para menos. Willy De la Hoz, es un conversador nato, un anecdotario humano ambulante, un barranquillero espontáneo que ha sabido paradójicamente contagiar alegría a la hinchada aunque eso le cueste un esfuerzo físico considerable y mucho cardio.
El disfraz pesa 10 kilos. Tiene que aprovechar al máximo la duración de la batería del motor que lleva consigo. Mientras la gente se divierte, el está sudando la gota gorda, sale empapado cuando termina y la respiración a mil.
Sin embargo, eso no es obstáculo porque personificar a Willy se ha convertido en tradición de hogar que le ha significado una excelente oportunidad de negocio a este administrador de empresas, con “Willy mascota Show” para todo tipo de eventos; tanto así, que además de sus sobrinos, el más pequeño de la familia sueña con ser entrenado para tal fin.
Un Exprésate con Angie María Vásquez, divertido, natural, con el hombre detrás de Willy el Tiburón, quien refirió en la entrevista, dejar superado aquel polémico capítulo que le valió una suspensión, así como la pasión que le impregnó también a Baqui, la mascota de los centro americanos que se ganó por igual el corazón de todos.