Bate corrido para quienes han fomentado tanta hipocresía y ‘atajadera de pollos’ en torno a la polémica decisión del padre Alberto Linero de colgar la sotana en la plenitud de sus facultades y en la ‘cresta de la ola’ de su popularidad en el país y en el exterior.
El dato que tengo de fuente de alta credibilidad, es que Linero definitivamente sí se “mamó”, como el mismo lo dijo, no de la soledad, se “mamó” de las intrigas e infame persecución a la que lo sometieron durante muchos años un grupo de caprichosos y refinados sacerdotes de la comunidad Eudista El Minuto de Dios, a la que perteneció todo este tiempo.
No es una herejía afirmar esto, Linero aparece en el momento más crítico de la Iglesia Católica en Colombia y logra desde Barranquilla proyectarse, sobresalir por su estilo alegre, extrovertido, sumado a su carisma y un mensaje contundente en sus predicas, bien diferente a ese rígido y acartonado estilo tradicional que tenían los templos católicos desolados.
Con sus misas y prédicas se llenaron las iglesias, sus eventos eran rotundo éxito, rápidamente la fama y popularidad de Linero se extendió por todo el país, con su liderazgo las emisoras El Minuto de Dios se treparon a los primeros lugares del rating e impuso récord en ventas del famoso devocional “El Man está Vivo” escrito por él de principio a fin.
Pero lo que era bueno ante los ojos de todos, se convirtió en malestar y envidia para quienes veían como Linero crecía y era visto como el sucesor ideal del máximo jerarca de esa comunidad, el padre Diego Jaramillo.
Mientras sonreía y daba un mensaje esperanzador a los feligreses, Linero vivía su propio drama, durante años estuvo incómodo, así lo comentaba a personas de mucha confianza, soportando los embates de esta guerra sin cuartel en medio de sotanas Eudistas, finalmente se cansó de ser utilizado como el “Cura Taquillero” para salvar eventos y a cambio recibir agresiones, chismes, zancadillas de parte de controvertidos sacerdotes que no soportaron que un “negrito costeño y dicharachero”, como lo llamaban, los opacara y terminara siendo más importante para la iglesia, que todos ellos juntos.
Tras el censurable canibalismo desatado por redes sociales, a Linero ahora le llueven las ofertas para presentar noticieros de televisión, hacer conferencias internacionales, unirse como pastor a la iglesia Cristiana Evangélica y hasta suena como candidato a la Alcaldía de su natal Santa Marta. Después de la sotana la vida continúa.
¡Seguimos bateando!