“¿No sentiste los tiros, Gabriel?”, le preguntó dos veces una hermana mientras el hombre dormía en su vivienda, situada en la calle 21 con carrera 33, barrio Rebolo.
La mujer, alterada por la balacera que se registraba en la calle, encendió el bombillo de la sala para calmar los nervios hablando con su hermano, pero este permanecía acostado boca abajo en una colchoneta.
En cuestión de segundos un charco de sangre se formó alrededor del cuerpo de Gabriel Enrique Oquendo García, lo cual indicaba que este, al parecer, había sido impactado en su humanidad con uno de los proyectiles.
“Al ver a mi hermano rodeado de sangre, grité: ‘lo mataron, lo mataron. Ayúdenme’. Buscamos un carricoche y lo llevamos al Hospital de Barranquilla”, contó la familiar.
En el Hospital General fue estabilizado y remitido de inmediato a la Clínica La Misericordia, donde los médicos confirmaron que su estado de salud era delicado, pues la bala le ingresó por el ojo izquierdo y le afectó la masa encefálica.
Este hecho ocurrió a las 3 de la madrugada del pasado domingo.
Gabriel se debatió entre la vida y la muerte durante 68 horas, pero a las 8 de la noche del martes su corazón dejó de latir. Oquendo García trabajaba desde hace 20 años como mecánico en un almacén de repuestos de carros.
En cuanto a los hechos, según el reporte policial, sobre la calle 21 se inició un intercambio de disparos entre varios sujetos. Uno de ellos, conocido con el alias de ‘Coquito’, resultó herido de gravedad.
Este fue trasladado al Hospital General de Barranquilla y a las pocas horas se produjo su deceso. Las autoridades investigan los móviles de este doble crimen: el homicidio doloso (‘Coquito’) y el homicidio culposo (Gabriel).