Bate corrido para asesores, militantes y hasta enfermizos seguidores de las diferentes campañas, que han recurrido a las más grandes bajezas para lograr que su candidato sume el respaldo de las masas y finalmente se convierta en nuevo presidente de Colombia.
Desde esta columna, censuramos esa maquiavélica estrategia del “todo vale” en temporada política, pisando terrenos insospechados, dando rienda suelta a las agresiones de todo tipo, violación de la intimidad y montajes para manchar e impactar negativamente en la imagen de determinado candidato.
Un capítulo escandaloso en esta campaña: la aparición de muchachas en tanga repartiendo hojas volantes, contratadas por terceros para afectar al candidato Germán Vargas Lleras.
Infamia total el injusto señalamiento al electo representante a la Cámara por Cambio Radical, César Lorduy, brillante abogado, dirigente gremial, elegido el pasado 11 de marzo con la máxima votación en la lista de su partido.
Al final se comprobó que se trataba de una patraña implementada por el “comité de maldades” de otra campaña, denuncia lanzada oportunamente por el propio candidato agredido.
Las cadenas de desinformación, día y noche, a través de redes sociales, para tergiversar, poner en boca de un candidato lo que no ha dicho, son dos aberrantes “estrategias” muy comunes e implementadas por muchos miembros y simpatizantes de las cinco campañas que se disputan la Presidencia.
Estamos a cuatro días del debate electoral con la mayor polarización en la historia de Colombia, con peligrosos ingredientes: discursos incendiarios, apología al odio de clases, propuestas inviables e irrealizables, populismo puro, ambiente hostil, las ofensas que van y vienen, las agresiones físicas entre seguidores de uno y otro candidato.
Nos ufanamos de ser demócratas y en la práctica, demostramos muy poca madurez para enfrentar un proceso tan serio.
Pelada de cobre de la candidata a la Vicepresidencia, Claudia López: “a la tía Uribista se le embolata la cédula el domingo”. Gravísimo, más cuando la indecente propuesta proviene de quien se autodenomina la última reserva moral del país.
Las contradicciones de algunos candidatos: antes las encuestas eran malas y perversas, hoy que los favorecen son buenas y con mucha credibilidad; la Registraduria y el Software fueron buenos y confiables en las consultas del pasado 11 de marzo, ahora sacan el paraguas y vaticinan resultados amañados. Es sencillo, quien no tenga una efectiva organización electoral en su campaña, no puede aspirar a capitalizar los votos.
Irresponsabilidad total hablar de “chocorazos” y convocar a irracionales seguidores a desconocer los resultados el domingo próximo e incitarlos a la violencia. Debemos tener algo bien claro, los debates y foros no son definitivos, las encuestas son una foto del día a día de la campaña, las plazas resisten todo tipo de especímenes y no son sinónimo de triunfo, nadie gana en la víspera, las elecciones se ganan este domingo en las urnas.
¡Seguimos bateando!