Los primeros siete días del corriente mes de julio han dejado en Santa Marta siete personas asesinadas a bala, en lo que las autoridades han identificado como una guerra frontal a sangre y fuego entre las bacrim Los Pachencas, que ‘juegan de local’ en la capital samaria, y el poderoso Clan del Golfo, organización criminal proveniente de Urabá, Córdoba y Antioquia, que trata de ganar terreno en el Magdalena.
Las calles de Santa Marta han sido teatro por estos días de ataques a bala entre estos dos grupos, lo que les ha recordado a sus habitantes las nefastas épocas de la llamada bonanza marimbera de los años 70, en la que los clanes que manejaban el ilegal negocio también debatían a tiro limpio en cualquier sector de la ciudad.
La historia ahora igualmente es por narcotráfico, pero tiene otros protagonistas, y además el control de otras actividades ilegales como la extorsión al comercio organizado.
El origen de este sangriento choque tiene que ver con el manejo que los del Golfo quieren asumir en toda la región Troncal del Caribe, que comprende Guachaca y sus veredas; además el dominio de la Sierra Nevada, epicentro del tráfico de cocaína con cultivos de la hoja y operación de laboratorios.
Igualmente asumirían el mando de las playas del Mar Caribe, en el Parque Nacional Tayrona, para la salida de la droga e ingreso de armas.
Este territorio está en poder de los Pachencas, peros sus rivales les han puesto los ojos tras la muerte del máximo cabecilla de este grupo, Jesús María Aguirre Gallego, alias ‘Chucho Mercancía’, dado de baja por un Comando Jungla de la Policía Antinarcóticos en la mañana del pasado 17 de junio en la vereda Machete Pelao, comprensión del corregimiento de Guachaca, Distrito de Santa Marta.
El capo se encontraba en compañía de Mario Giraldo Márquez, sobrino del exjefe narcoparamilitar Hernán Giraldo Serna, quien también fue abatido en la operación. Por ‘Chucho Mercancía’ las autoridades ofrecían $300 millones para su captura.
Con este operativo empezó luego la ola de crímenes que tienen preocupadas a las autoridades y atemorizada a la comunidad de Santa Marta, que no sabe en qué lugar ni a qué hora se puede desatar una balacera y caer gente inocente.
De hecho ya se cuenta una víctima mortal de esta guerra: el vendedor ambulante Jorge Luis Mercado Manjarrés, baleado cuando accidentalmente quedó en mitad de un tiroteo en el barrio El Pando.
Allí fueron acribillados por el parrillero de una motocicleta John Deivi Montoya Zapata y Lewis Manuel López Altamar, alias ‘El Tío’, según la Policía integrantes del Clan del Golfo. Estos hechos fueron la noche del jueves.
Los dos hombres iban a subir en una camioneta blinda cuando fueron sorprendidos por los balazos. Estas acciones criminales se han agudizado, y los hechos más recientes tienen que ver con la muerte a bala de Arnaldo Eliécer Cano Gómez y su compañera sentimental, Claudia Patricia Acosta García.
La pareja, de origen paisa, viajaba la tarde de este domingo en un bus de la empresa Coolibertador que de Santa Marta se dirigía a Ciénaga, cuando fueron atacados a tiros por pistoleros en motocicleta. Cano y Acosta tenían pocas horas de haber salido de la cárcel, luego de que un juez les concediera libertad por captura ilegal.
Los dos, junto a Juan Daniel Sánchez Atehortúa y Carolay Fandiño, habían sido capturados el viernes en el sector conocido como Puerto Mosquito, como presuntos miembros del Clan del Golfo. Se desplazaban en dos automóviles, uno de estos blindados. Les hallaron pistolas y granadas.
La vinculación de Arnaldo Eliécer Cano Gómez y Claudia Patricia Acosta García, la hacen los investigadores judiciales porque fueron las personas a las que Lewis Manuel López Altamar, alias ‘Tío’, asesinado en El Pando, figuraba como arrendador de la casa donde estos vivían.
Las autoridades les formularon cargos por concierto para delinquir, porte de armas de fuego y municiones.
No obstante recobraron la libertad el domingo, pues el apoderado judicial de la pareja argumentó captura ilegal, y al parecer la Fiscalía no solicitó a tiempo la legalización de las capturas y además no apeló la petición de libertad. El paradero de Juan Daniel Sánchez Atehortúa y Carolay Fandiño, es desconocido.
El secretario de Seguridad del Distrito de Santa Marta, Camilo George confirmó que en esa ciudad los bandidos se están matando entre sí.
“Esto no deja de ser una situación de mucha preocupación que requiere reforzar las operaciones por parte de las instituciones de fuerza pública. Es necesario recuperar el control y estamos trabajando en eso para privar de la libertad a todo aquel que pretenda sembrar el terror en esta jurisdicción”, sostuvo el funcionario.
George asegura también que las personas que han muerto de forma violenta en los últimos días en la capital del Magdalena, presentan un amplio prontuario delictivo, y tenían a su cargo diferentes responsabilidades en las organizaciones criminales que integraban.
Por su parte el comandante de la Policía Metropolitana del Distrito de Santa Marta, coronel Gustavo Berdugo, reconoció que unos de los protagonistas de esta guerra son ‘Los Pachencas’ que cuentan entre sus filas peligrosos hombres, entre ellos a primos del Hernán Giraldo Serna, extraditado en Estados Unidos.