Saludos a mis amigos barbaristas de siempre, barbaristas recién conversos y futuros barbaristas seguidores de las ponzoñosas pildoritas que suelto de manera permanente en esta sección. Gracias por su fidelidad. Bueno, voy pa’ esa, cuadro.
Vea, mi llave, hace cinco años las cuatro familias que controlan accionariamente El Heraldo tomaron la decisión de importar desde España a un barranquillero que escribía bien y colaboraba frecuentemente con el periódico. Así que los duros de la película trajeron a su redacción a Marcos Schwartz, un man con apellido enredado que prometía darle un tronco de vuelco al principal periódico de la Costa.
Vea, cuadro, para no alargarles el cuento, apenas llegó el tal Marcos a El Heraldo la redacción se la pilló que el man no era exactamente un bacán y de lejos comenzó a mostrar su verdadera personalidad. Joda, loco, es que desde hace 5 años ese diario ha sufrido la mayor masacre laboral de toda la historia de este medio de comunicación.
El Tigre Mono, así le dicen a Schwartz por sus continuos ataques de histeria, arrebatos de mal genio y amargura, las cuales parecen no provenir de los 35 millones de barras que se gana mensualmente, sino de vacíos espirituales, traumas de infancia y adolescencia y otros graves problemas braguetales.
Vale mía, el Schwartz parece que hubiera entendido mal, porque al man lo nombraron como director y él entendió que era dictador. No habían pasado 15 días desde que el Tigre Mono llegó cuando comenzaron a rodar las cabezas de periodistas, editores, fotógrafos y productores.
Vea, mi valecita, yo no hablo paja y se las voy a tirar con nombres y todo. Desde que esta joyita llegó a El Heraldo ha botado o aburrido seis editores, que no se soportan la grosería de la pinta. Óscar Montes, Enrique Patiño, Iván Bernal, Tatiana Velásquez, Jorge Mario Erazo y Juan Alejandro Tapia no pudieron trabajar tranquilamente bajo las órdenes del Tigre Mono, quien se creía en la libertad de gritarlos, ultrajarlos y recordarles todos los días que él era su jefe. Cretino.
Erda, llave, esta vaina parece una telenovela de intrigas, traiciones, odios, amores y bochinches. Aunque seguramente una telenovela se quedaría corta, porque en este caso la realidad supera a la ficción. Pero el Tigre Mono Schwartz no opera solo, sus ataques tienen como motor a una carbonera profesional y digna exponente de la puñalada trapera a la que le dicen ‘Patricia Terán’, por su ensortijado cabello rubio y cuya capacidad de bochinche, veneno, mala leche e hipocresía es tan grande, que la gente no sabe como cabe tanta maldad en un solo cuerpecito.
Todavía hay más de la pinta. Desde que llegó el Tigre Mono Schwartz se metió entre ceja y ceja a dos columnistas que quería sacar y lo hizo. Catalina Ruíz-Navarro y Abelardo de la Espriella salieron por la puerta de atrás. El cizañero director y su calanchina ‘Patricia Terán’ volvieron a pegar un certero golpe.
Cuando uno lee El Heraldo la vaina se nota. No hay un buen producto, los buenos y veteranos redactores ya no están en el periódico y los pocos que siguen lo hacen más resignados a que cumplan la edad para pensionarse, que por el convencimiento de creer en que el barco está siendo bien timoneado.
El colmo de las vainas sucedió hace un par de semanas con el debate presidencial. Resulta que la veterana Rosario ‘Chayo’ Borrero preparó de manera esmerada el evento en compañía de la Universidad del Norte, para que todo fuera un éxito y a última hora el Tigre Mono Schwartz se alió con el canal Telecaribe y su oportunista gerente ‘Boli Aguao’ Buelvas para transmitir el debate y darle figuración a alguien que no se esforzó. Finalmente, tuvimos que aguantar al mala leche de Schwartz presentando el debate con su acartonado estilo. Joda, cuadro, qué desgracia tan infinita.
Bueno, mi llave, para no cansarlos y demostrar que el trabajo de investigación que hice no es cualquier maricada, les voy a dejar la larga lista de víctimas que ha dejado el Tigre Mono a lo largo del camino de dictadura y abusos en El Heraldo. Ojalá los dueños del periódico le quiten cuanto antes el manejo a este reptil, para que no acabe con lo que queda aún en pie. Ahí les tiro la lista, valecitas, este Schwartz parece que en su paso por Europa hubiera aprendido las malas mañas del generalísimo Franco y Hitler.
Aquí está la lista, anoten. Son los botados o aburridos por Schwartz:
1. José Granados
2. Rainiero Patiño
3. Jimmy Cuadros
4. Eloy Barandalla
5. Germán Corcho
6. Karina González
7. Karen Chamié
8. María A. Duque
9. Diana Polo
10. Carlos Polo
11. Andrés García
12. Catalina Rojano
13. Laura Pulido
14. Adriana Puentes
15. William Cano
16. Jorge Cantillo
17. Diego Forero
18. Andrés Morales
19. Giovanni Escudero
20. Christian Mercado
21. Karen Meriño
22. Paula Sierra
23. Angie Peña
24. Leydi Ríos
25. Andrea Jiménez
26. Merián Araújo
27. Roberto Hernández
28. Katheryn Meléndez
29. María Teresa Gutiérrez
30. Sara Hernández
31. Lucía Avendaño
32. Angie Cabrera
33. Jahel Mendoza
34. Hollman Feliciano
35. Manuel Ortega
36. Jorge Mario Erazo
37. Enrique Patiño
38. Renata Cabrales
39. Jossie Esteban Rolong
40. Édgar Mora
41. Gissella Fontalvo
42. Alfonso Rojas
43. Tatiana Velásquez
44. Inguel De la Rosa
45. Harvey Jiménez
46. Diana Ospino
47. Amylkar Alvear
48. Mónica Parada
49. Carolina Arteta
50. Adriana Chica
51. César García
52. Alisson Guerrero
53. Elvis Martínez
54. Antonio Canchila
55. Johana Lorduy
56. Juan Alejandro Tapia
57. Andrea Ortega
58. José González Bell
59. Brillith Obregón
60. Leidy Ramos
61. Silvana Alba
62. Ariyuris Amarís
63. Laura Terán
64. Andrés Pedraza
65. Vanessa Saldarriaga
66. Laura Robles
67. Andrés Borges
68. Óscar Montes
69. Daniella Hernández A.
70. José Torres
71. Carlos Sourdis
72. Álvaro Pion
73. Leonardo Gómez
Joda, loco, tronco de lista larga la de la pinta… y faltan. No los canso más, me abro como el paraguas. Chao, pescao