1. A punto de llegar la fecha límite para que aquellos funcionarios en ejercicio que quieran a aspirar en las elecciones de autoridades locales de octubre de 2019 renuncien a sus cargos, son cada vez más frecuentes los rumores que se escuchan en los pasillos.
Dicen por los lados de la Gobernación que Edinson Palma subsecretario de Gestión del Riesgo, se quedará en su cargo y espera que en las próximas semanas la dependencia a su cargo sea elevada a la categoría de secretaría. Se rumoraba que Palma iba aspirar a la alcaldía de su natal Baranoa
Sobre una supuesta candidatura de alguien cercano al gobernador Eduardo Verano, hay que señalar primero que históricamente el mandatario nunca se ha comprometido con un apoyo real y segundo, que el gobernador no es exactamente el líder carismático y con magnetismo popular que pueda alzarle la mano a alguien y ungirle como su sucesor.
Así las cosas, tacan burro y aran en las mismísimas arenas del desierto del Sahara, quienes aspiran a contar con el apoyo de Verano en su aspiración. Una cosa es estar al lado del gobernador y manejar la chequera del departamento y otra muy diferente es ser un ex secretario que carece de popularidad, roce social y cuyo músculo económico solamente está basado en los buenos negocios que “coronó” en estos tres años. Allá los que quieran seguir haciéndose daños mentales.
2. Dos senadores del partido de La U oriundos del Atlántico tienen entre ceja y ceja armar una fórmula a la Alcaldía de Barranquilla y Gobernación del Atlántico que enfrenten a las candidaturas que apoye la casa Char.
Los dos parlamentarios andan buscando afanosamente contactos políticos que permitan ampliar esa coalición que llevaría dos nombres con aceptación popular. Sin embargo, opiniones de personajes duchos en las lides políticas han coincidido en señalar que toda propuesta electoral basada en resentimientos e impulsada por dirigentes carentes sustrato popular y con un amplio historial de escándalos de corrupción, incumplimiento y malotrato a sus líderes, no tendría un futuro promisorio. Amanecerá y veremos.
3. Todos los sondeos electrónicos que hasta el momento se han realizado en el municipio de Soledad, auscultando la opinión de la gente en cuanto a intención de voto para la Alcaldía de esa ciudad, le entregan el primer lugar al exsecretario de hacienda Federman Vizcaíno.
Vizcaíno es recordado por ser el arquitecto del proceso de recertificación de Soledad en los recursos del sistema general de participaciones en el área de la educación. Recordemos que Soledad fue decertificada en el 2014 por el pésimo manejo que la administración del exalcalde Franco Castellanos le dio a la secretaria de Educación.
El grupo de trabajo de Federman Vizcaíno logró que Soledad volviera a recibir transferencias del orden de 3.000 millones de pesos anuales, al tiempo que reducía el déficit que encontró de la administración anterior.
4. A propósito de Soledad, otro nombre que marca bien en la intención de voto para Alcaldía, a través de sondeos electrónicos, es el del concejal de Barranquilla Juan José Vergara.
El concejal Vergara Díaz vivió durante muchos años en Soledad, ciudad donde también tiene su casa materna y algunos intereses comerciales. Durante los últimos debates su trabajo político con líderes de ese municipio ha ido en aumento y aunque no descarta la posibilidad de aspirar, de momento toda su capacidad de trabajo está al servicio del Concejo de Barranquilla.
5. La salud en el Atlántico va de mal en peor. A la crisis del Cari se suma la de todos los hospitales de la red pública del departamento. Por ejemplo, en el Hospital Niño Jesús de Barranquilla, los medicamentos e insumos están a punto de agotarse, les deben a los funcionarios tercerizados tres meses de salario, primas y cesantías. Lo peor es que nadie responde.
Ni el gobernador, ni su secretario de Salud, ni la Asamblea plantean fórmulas concretas y precisas que conduzcan a la salida de la crisis. Todo parece apuntar a que regresarán los pañitos de agua tibia de unos giros a los hospitales que alivian de momento el dolor de cabeza, pero no servirán para sanar el tumor que padecen los centros hospitalarios de la red departamental. Aunque suene frase trillada y de cajón la salud del Atlántico está en cuidados intensivos y los que posan como salvadores parecerían más sepultureros.
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