El 3 de mayo, un día después del lánguido empate 1-1 como local con Alianza Petrolera, con un gol de tiro libre anotado por Sebastián Viera, Junior expidió un comunicado anunciando la salida del técnico Luis Fernando Suárez, que había llegado en medio de una gran expectativa por su condición de mundialista y por el gran trabajo que había realizado con Equidad.
Más tarde habló el presidente del equipo, Antonio Char, quien dijo que en el seno de la directiva había inconformismo por el rendimiento deportivo del Junior y que este no era compatible con la nómina que este tenía. Quedó claro que no gustaba el estilo de juego del equipo con Suárez, por más que en la Liga hubiera mantenido un invicto de 17 fechas y siempre hubiese estado dentro del grupo de los ocho.
El equipo fue encargado a Luis Grau, quien lo dirigiría en el partido del domingo, por la última fecha del todos contra todos, contra Cúcuta Deportivo, el cual perdió 2-1, pero que no afectó en nada la clasificación a los cuadrangulares.
Ese mismo domingo, Junior expidió un nuevo comunicado oficializando lo que era un secreto a voces en Barranquilla desde el día que se confirmó el despido de Suárez: que el nuevo técnico era Julio Comesaña, el que había sacado campeón al equipo en diciembre y que tenía pocos días de haber regresado a la capital del Atlántico tras su corta aventura por Colón de Santa Fe.
Con Suárez, Junior había quedado campeón de la Superliga derrotando al Tolima, pero fue eliminado en la primera fase de la Copa Libertadores tras una pobre campaña en la que solo ganó un partido (1-0 a San Lorenzo) y solo marcó un gol.
El último partido de esa Libertadores, contra Melgar de Arequipa, lo dirigió Comesaña, pero el equipo perdió 1-0 como local y también dijo adiós a la posibilidad de jugar la Copa Sudamericana.
A Junior solo le quedaba la Liga, pero le tocó un cuadrangular bravo contra Tolima, Cali y Nacional. Casi nadie daba un peso por el equipo rojiblanco, salvo Comesaña, que el día en que regresó a Barranquilla, una semana antes de que lo contrataran, declaró que no tenía dudas de que Junior iba a ser finalista de la Liga.
Cuando asumió dijo que Junior tenía que jugar como el equipo campeón y que la primera tarea era que sus dirigidos recuperaran la memoria futbolística.
Y así fue. En el primer partido contra Melgar, el equipo mostró signos de mejoría, que se acentuaron en el primer juego del cuadrangular, contra Nacional en Barranquilla, y se ratificaron en el duelo que Junior le ganó 2-1 al Deportivo Cali en Palmaseca.
Desde ese día, la afición del Junior empezó a soñar nuevamente con la final, pero para ello iban a ser determinantes los dos encuentros que tenían que jugarse con el Tolima. El primero fue en Barranquilla, el cual Junior lo ganaba 1-0 con gol de pena máxima de Luis Narváez, pero en la última jugada del partido, el conjunto pijao lo empató y se llevó un punto valioso. Una semana después volvieron a jugar en Ibagué, y allá fue el Tolima el que comenzó ganando, pero Junior lo empató con anotación de Gabriel Fuentes.
Vino el partido contra el Cali, que Junior ganó 2-0, resultado que lo catapultó al primer lugar del cuadrangular por encima del Tolima. El primer lugar se definiría en la última fecha, en la que hubo drama hasta el final. Junior le ganó 3-2 a Nacional, en Medellín, y Tolima derrotó 2-1 al Cali, en Palmaseca. Un gol de Nacional o uno del Tolima le hubiera dado la clasificación al equipo dirigido por Alberto Gamero.
El rival de la final ya estaba definido: Deportivo Pasto, que en la última fecha desbancó de la primera posición del otro cuadrangular a Millonarios, que cayó 2.-1 en casa con América.
La ida se jugó en Barranquilla, donde Junior se tuvo que exigir a fondo para poder derrotar a los dirigidos por Alexis García. Un solitario gol de Gabriel Fuentes, previo remate de Fabián Sambueza, le dio a los tiburones la ventaja en la final, pero el mismo Fuentes estuvo comprometido en el gol que le dio la victoria al Pasto en el partido de vuelta y que forzó la definición por tiros desde el punto penal.
Junior consiguió la novena estrella porque los directivos, especialmente Antonio Char, tomó dos decisiones arriesgadas: primero, salir de Luis Fernando Suárez, y segundo, traer de nuevo a Julio Comesaña.
Para Antonio, nadie más que Comesaña era ideal para asumir las riendas del equipo debido al conocimiento que tenía de los jugadores y de todo el entorno juniorista. El tiempo le dio la razón de que el cambio en la dirección técnica del equipo era justo y necesario.