Barranquilla, Atlántico .- No hubo ventaja. De nada sirvió que Arturo Reyes reservara sus principales jugadores durante 10 días antes del partido contra Deportes Tolima. Junior estuvo bloqueado, por el rival y por su falta de inspiración, y perdió 1-0 ante Deportes Tolima, anoche en el estadio Metropolitano Roberto Meléndez en la séptima jornada de la Liga Betplay Dimayor I 2024.
Parece que fue más lo que le afectó que lo que le favoreció la pausa a los jugadores rojiblancos, que volvieron a encarar la competencia con su equipo principal, pero de forma parca y opaca.
Un blooper, en una acción de Carlos Bacca y Didier Moreno intentando rechazar un rebote, derivó el sonrojante gol de la derrota.
Tolima, que pudo haber anotado más goles de no ser por las atajadas de Santiago Mele, demostró desde el primer minuto que tenía cómo apropiarse del balón, ponerlo a circular y amenazar el arco de Santiago Mele.
El equipo de David González asumió precauciones, pero no se refugió en su portería. Salió a jugar de tú a tú y mantenía a raya a Junior, que no tenía la chispa que acostumbra en los partidos de local.
No todos los bombillos estaban encendidos en los circuitos ofensivos de Junior. Solo José Enamorado y Gabriel Fuentes, que ataca y defiende de forma efectiva, iluminaban los caminos hacia el gol. Chará era intermitente y Caicedo, Cantillo y Bacca andaban apagados.
Enamorado ganaba por la derecha cada vez que le daban una oportunidad, pero después no había muchos receptores en el área, centraba impreciso o no se entendía del todo con Wálmer Pacheco, quien se pasaba de velocidad, se enredaba con el balón o no recibía perfilado.
No alcanzaba con la chispa de Enamorado y el generoso despliegue físico de Fuentes para vulnerar a un equipo que estaba atento a la custodia y que tenía armas para hacer daño.
Por eso Mele se tuvo que emplear a fondo en un par de cabezazos. Era un peligro el cuadro pijao en las pelotas quietas porque Angulo y, sobre todo, Marlon Torres, se imponían con fuerza, talla y una dosis de marrulla.
Cuando la etapa inicial agonizaba en medio de un bajón en el esfuerzo y lucidez de ambos equipos, en el cobro de un tiro de esquina se presentó una penosa e infortunada jugada. Bacca intentó rechazar un rebote, lo estrelló contra las piernas de Didier Moreno y la bola terminó en el arco de Mele sin que pudiera hacer nada.
Un gol realmente accidental y tonto que los jugadores del Tolima celebraron fríamente.
Junior casi empata inmediatamente en un cara a cara de Enamorado con el arquero que el extremo definió con buena potencia, pero muy arriba.
Con la molestia de la hinchada y los integrantes de Junior por los desaciertos de Nicolás Gallo en la aplicación de la norma de ventaja y el criterio para la sanción de faltas, se cerró el telón del primer período.
En el segundo tiempo, Cantillo sintió una molestia muscular y se quedó en el banco. Hómer Martínez entró con energía, pero sin la claridad que le urgía al equipo.
Caicedo, que no viene mostrando la real dimensión de su fútbol, duró demasiado tiempo en la cancha. Cuando Reyes se animó a sustituirlo, ingresó a Marco Pérez que no representó mucho para desequilibrar fabricar mayores opciones de gol. ‘El Tiburón’ se enredó más.
Dos goles anulados a Bacca por claros fueras de lugar emocionaron al público con la igualdad, pero no era una noche brillante y certera para Junior. Ni en la cancha ni en el banco técnico.
La entrada de ‘Cariaco’ por Didier, y posteriormente las de Vladimir Hernández por Enamorado y Bocanegra por Bacca significaron pérdida de recuperación, y permitieron que Tolima mantuviera posesiones largas que enfriaron el juego.
Vladimir, que sigue recibiendo oportunidades de jugar sin hacer verdaderos méritos hasta ahora, no pesó. Tampoco ‘Cariaco’, aunque procuró desmarcarse e hilvanar algo. Bocanegra se movió, pidió el balón e intentó asociarse, pero el colectivo nunca encendió y todos los intentos se frustraron ante un adversario impermeable, que acumulaba cansancio por jugar el jueves pasado, pero no se notó. De nada le sirvió tanto descanso a Junior.
Nota tomada de El Heraldo