Rafael Brochero, propietario de la licorera La Licorería, calle 74 con carrera 45 en Barranquilla; y una de las jóvenes involucradas en el incidente de la pareja de lesbianas que según denunciaron fueron discriminadas en dicho establecimiento en junio del año pasado, entregaron por separados sus versiones a HORA 7/24 de lo que sucedió ese día; y luego de que la Corte Constitucional al revisar un fallo de tutela le ordenó al comerciante presentarles excusas públicas a la pareja.
Primero habla Brochero, y luego una de las chicas que por ahora manifestó preferir mantenerse en el anonimato.
“Este es un negocio de 40 años de tradición, de un ambiente familiar y es reconocido por mucha gente, clientela que tenemos nosotros.
“El caso de la pareja que estuvo aquí, ya eso tiene alrededor de unos ocho meses, ese es un caso donde varios juzgados ya han dado un veredicto, el cual dice que no tiene peso lo que ellas están diciendo, pero ese caso como que se ha ido extendiendo y yo con mi respectivo abogado he ido respondiendo, nunca me he rehusado a no contestarles”
“Lo que pasó es que las jóvenes a eso de las 5:00 o 6:00 de la tarde, estaban casualmente sentadas en una mesa que está ubicada aquí y ya venían mostrando ciertas escenas de cariño, como agarradas de manos, pues uno respeta todas esas escenas porque aquí la medida es tanto para este tipo de personas, ya sea pareja entre mujeres, pareja entre hombres y también se ha tomado con pareja entre mujeres y hombres”.
“Yo me acerqué y les dije: ¿cómo la están pasando ustedes, ¿cómo les parece el sitio? Ellas me contestaron sonriendo que la estaban pasando bien”.
“Yo les dije que la idea es que la sigamos pasando bien porque este es un ambiente familiar y los clientes que ustedes ven a mi alrededor me han hecho unas señas, que son los que me han despertado estar viéndolas a ustedes”.
“La que yo pienso que de las dos tiene el carácter más fuerte fue la que me contestó, me dice ¿y usted qué me quiere decir con eso?”.
“Yo le respondí que yo lo que le quiero decir es que si la estamos pasando bien aquí, pues sepan comportarse, que este es un sitio familiar, y ustedes se dan cuenta que la mayoría de clientela es adulta y ellos son los que me están diciendo que se sienten incómodos porque las expresiones de cariño cada vez son más acercadas, entonces lo que yo quiero es que no se propasen más porque este no es el sitio para eso”.
“Yo me retiré o creo que me alcanzó a decir. ‘bueno, entonces nos vamos’, yo les dije esa ya es decisión de ustedes, pero si no se saben comportar como yo le estoy pidiendo tienen que irse entonces, las jóvenes pidieron la cuenta y se fueron”.
“Unos meses después nos empezaron a llegar las respectivas tutelas y los papeles que nos han llegado a los cuales nosotros hemos contestado”.
“Aquí a este negocio igual han llegado parejas de mujeres, parejas de hombres, clientes de aquí, pero saben comportarse, y aquí ellos llegan y nunca hemos visto de llamarle la atención a excederse en ninguna muestra de cariño. Lo mismo me ha pasado con parejas de diferente sexo donde también me ha tocado llamarle la atención porque se exceden también”.
“Lo que me estás comunicando y me acabaste de enseñar donde la Corte me exige pedirles disculpas, pues mi abogado me imagino que debe estar ahorita enterándose de eso o ya yo lo voy a poner al tanto, pero no veo por qué tenga yo que hacer algo donde yo no les he faltado ni las he expulsado de mi negocio. Igual yo me reservo los derechos y en mi negocio entra quien sepa comportarse, quien no sepa comportarse automáticamente no puede entrar o tiene que desocupar el predio”.
LO QUE DICE UNA DE LAS CHICAS
“Ese día estaba con mi pareja y decidimos llegar a tomarnos algo a la licorería, estábamos sentadas como a más de un metro de distancia hablando, ella en el momento me estaba comentando ciertas cosas y yo le tomé la mano, pero le tomé la mano estando lejos como se puede hacer con cualquier amiga, y desde lejos el señor de la licorera le dijo que por favor me soltara, yo no me di cuenta directamente de la seña pero vi que ella me soltó de manera abrupta, y le pregunté que qué había pasado y me dijo lo de la seña. Yo inicialmente llamé a un mesero y le pregunté qué le había molestado al dueño, él dijo que no sabía, que vio la seña pero que no estaba enterado”.
“Le pedí el favor de que llamara al dueño y que él mismo me explicara qué habíamos hecho mal”.
“En el momento que el dueño llega le pregunté con mucho respeto por qué había hecho esa seña tan despectiva delante de toda la gente, el lugar estaba lleno, y simplemente me respondió que él no aceptaba esas conducta de que dos personas del mismo sexo se tomaran de la mano en su lugar, y que por eso se reservaba el derecho de admisión porque ya le había pasado en algún momento que dos mujeres habían entrado y que posteriormente de agarrarse la mano se habían dado un beso y que él no iba a permitir que eso sucediera en el restaurante, que era su sitio y ahí entraba el que él quisiera”.
“Yo le dije que estaba bien, pero que en ningún momento yo vi un letrero allí en el que dijera que se reservaba el derecho de admisión a las parejas del mismo sexo o personas homosexuales, motivo por el cual yo había decidido ingresar, aparte que yo no estaba teniendo ninguna conducta que le afectara a él o al sitio”.
“Simplemente le había tomado la mano a una mujer que como podría ser mi amiga, como podría ser mi pareja, que no era una conducta que me tachara como una persona homosexual”.
“Sin embargo, él se mantuvo en su punto hablándome con un tono de voz bastante fuerte, y yo al ver que todo el mundo nos estaba mirando como preguntándose en sus mesas qué era lo que estaba pasando, lo que hice fue pedir la cuenta, pagar, levantarme e irme”.
“Pero al levantarme sentía que todo el mundo nos miraba como diciendo bueno y ellas por qué se van, la gente haciéndose muchas ideas en su cabeza”.
“Procedí a buscar ayuda, a preguntar qué podía hacer, si eso estaba o no estaba permitido porque por falta de información a veces creemos que este tipo de conductas deben ser aceptadas pero me he informado y sé que nadie tiene derecho a discriminar a ningún ser humano ni por su orientación sexual ni por nada que no afecte la integridad de nadie”.
“Inicialmente no pensé que lo iban a tomar tan en serio, porque hay muchos casos de discriminación que se ven día a día, me ha llamado muchísimo la atención y les doy gracias a las personas que han estado muy pendientes de esto, y me favorece más que todo no buscando un beneficio propio sino un beneficio para toda la comunidad, para ser tenidos en cuenta, para ser respetados, para no ser tachados sin estar haciendo nada malo porque hay muchas conductas las cuales sí deben ser reprochadas y no lo hacen”.
“Y pues esto me favorece en esa parte, me siento bien por la comunidad a la que estoy representando”.
“No sé si volvería al sitio, las disculpas sí las recibo, somos seres humanos, y es el momento de demostrar que tener una orientación sexual no nos hace con el corazón más dañado, no nos hace menos personas”.
“Aceptamos disculpas, reconocemos las disculpas porque como seres humanos todos nos equivocamos en cualquier momento de nuestras vidas, y pues sí recibo las disculpas y claro, si en algún momento la vida me permite, se presenta el momento y tengo que regresar al lugar voy a regresar con la mejor actitud como si de pronto nada hubiese pasado, siempre y cuando la forma de recibir del dueño, la forma de ver las cosas haya cambiado y que se dé cuenta que no puede echar a las personas simplemente por un acto que a él no le parece bien”.